Una mala administración, la falta de un presupuesto, la misma inflación que reduce el poder adquisitivo y provoca el aumento de precios; una emergencia que se presenta o cualquier otra eventualidad, nos lleva a que la quincena nos dure menos de lo previsto.
Cuando esto ocurre buscamos una solución, aunque no siempre es la mejor, ya que, o se pide un préstamo con algún familiar o amigo que por lo regular nos cobra un cierto porcentaje de interés y en otros casos, los que cuentan con una tarjeta de crédito, pagan con ella todas sus necesidades.
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